
En Santa Cruz de Tenerife, el 11 de enero, ha emergido una emocionante noticia sobre la investigación científica relacionada con la actividad volcánica en Canarias. El Instituto Volcanológico de Canarias (Involcan) y la Universidad de Manchester, una colaboración internacional innovadora, han dado a conocer un estudio que marca un hito en la comprensión de los fenómenos eruptivos. Este trabajo se centra en la erupción del Tajogaite, ocurrida en 2021 en la isla de La Palma, y destaca por ser el primer análisis exhaustivo de la composición química de los gases volcánicos liberados durante este evento.
El Cabildo de Tenerife ha hecho esta revelación pública a través de un comunicado, subrayando que este conjunto de datos pionero ofrece un panorama sin precedentes sobre los gases magmáticos generados en una erupción subaérea dentro del archipiélago canario. La investigación ha sido publicada en la prestigiosa revista Chemical Geology, un escenario que eleva la importancia de estos hallazgos en la comunidad científica global.
Una de las características más interesantes de este estudio es la aplicación de tecnologías avanzadas de sensores ópticos remotos, que han permitido realizar mediciones diarias durante la erupción. Mediante la espectroscopia infrarroja por transformada de Fourier de camino abierto (OP-FTIR), se ha llevado a cabo un análisis meticuloso de la composición química del penacho volcánico, lo cual proporciona datos esenciales sobre este fenómeno natural.
El análisis ha iluminado “diferencias significativas” en la composición de los gases dependiendo de los estilos de erupción, ya sean explosivos o efusivos, lo que brinda información valiosa sobre la dinámica de la erupción del Tajogaite. Estas variaciones en la composición química no solo son fascinantes desde un punto de vista científico, sino que también pueden ofrecer pistas importantes sobre cómo se comportan los volcanes en futuras erupciones.
Los hallazgos del estudio también han puesto de manifiesto el impacto del fraccionamiento de los gases en los sistemas de conducción magmática someros, sugiriendo que estos factores pueden modificar la actividad eruptiva de manera notable. En particular, las altas proporciones de dióxido de carbono y dióxido de azufre observadas en las muestras son algunas de las más elevadas registradas en volcanes basálticos, un hecho que apunta a la naturaleza oxidada del magma que alimentó la erupción en La Palma.
Desde el Cabildo de Tenerife, se enfatiza que estos resultados no solo enriquecen el conocimiento sobre las características específicas del magma relacionado con la erupción del Tajogaite, sino que también ponen de relieve el potencial de las tecnologías emergentes como la OP-FTIR para monitorizar en tiempo real la actividad volcánica. Esta capacidad de supervisar las erupciones volcánicas puede ser crucial para la gestión de riesgos y la seguridad de las comunidades cercanas.
Este trabajo colaborativo ha contado con la participación de investigadores del área de Medioambiente del Instituto Tecnológico y de Energías Renovables (ITER), así como de científicos de entidades internacionales, como el Istituto Nazionale di Geofisica e Vulcanologia (INGV) de Italia y la Université Paris Cité de Francia. Esta indispensable cooperación científica subraya la importancia de compartir conocimientos y tecnologías para abordar los complejos procesos volcánicos que afectan a las regiones vulnerables, como las Canarias.
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