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Especialistas en tabaco piden a la UE una regulación equilibrada según el riesgo de productos con nicotina.

Especialistas en tabaco piden a la UE una regulación equilibrada según el riesgo de productos con nicotina.

El debate sobre la regulación de productos de nicotina ha ganado fuerza en Europa, y expertos del ámbito del tabaquismo han solicitado a la Unión Europea (UE) que impulse un enfoque más equilibrado, que distinga claramente entre los diferentes niveles de riesgo de estos productos. Se propone una regulación más estricta para artículos como los cigarrillos, que generan una mayor cantidad de daños para la salud, y se aboga por medidas que orienten a los consumidores hacia alternativas menos dañinas.

Estas opiniones emergieron en el contexto de un seminario online titulado 'El panorama regulatorio en evolución en la UE: oportunidades y desafíos', que fue organizado por la Organización Internacional de Control del Tabaquismo y la Reducción del Daño. Durante el evento, se discutió la necesidad de reformar la estrategia actual en cuanto al control del tabaquismo en Europa.

El director de Counterfactual, Clive Bates, enfatizó los devastadores efectos del tabaquismo, apuntando que cada año alrededor de 8 millones de personas mueren prematuramente a causa del cigarrillo, de las cuales unas 700.000 pertenecen a la UE. Todos coincidieron en que la estrategia frente al tabaquismo debe evolucionar, ya que la actual se basa principalmente en prohibiciones y estigmatización sin considerar el potencial de reducción del daño.

Bates hizo hincapié en que las personas fuman para obtener nicotina, pero la verdadera amenaza proviene de sustancias como el alquitrán. En la actualidad, existen numerosas opciones en el mercado que eliminan la combustión, como los dispositivos de tabaco calentado y los cigarrillos electrónicos, que presentan un perfil de riesgo significativamente menor.

Los participantes del seminario resaltaron la importancia de una regulación inteligente que considere las posibles respuestas de los consumidores, advirtiendo que restricciones excesivas podrían empujarlos de vuelta a los productos de mayor riesgo, como los cigarrillos tradicionales, o fomentar el comercio ilegal y la búsqueda de alternativas no reguladas.

Bates subrayó que es fundamental que la regulación proporcione un mercado legal que ofrezca a los consumidores opciones adecuadas. “La única regulación que realmente beneficia la salud pública es aquella que tiene en cuenta el riesgo asociado a cada producto”, concluyó, destacando la necesidad de proteger a los menores en este contexto.

Por otro lado, Andrzej Fal, director del Departamento de Alergia y Enfermedades Pulmonares en el Instituto Nacional de Medicina de Varsovia, afirmó que los vapeadores deben estar disponibles exclusivamente para quienes quieren dejar de fumar, y sugirió que los Estados deben implementar impuestos especiales que hagan que los cigarrillos sean menos accesibles.

Fal también señaló que se necesita realizar un análisis del daño de cada producto antes de avanzar con las políticas en este ámbito. Mencionó que el establecimiento de un precio mínimo en relación con el ingreso medio de cada país podría ser una estrategia efectiva para reducir la accesibilidad del tabaco tradicional.

El especialista propuso que las diferencias en la carga impositiva deberían basarse en investigaciones previas y seguir el principio de "menor daño, menor impuesto". Resaltó que la accesibilidad de alternativas menos perjudiciales es clave si queremos motivar a los fumadores a abandonar el tabaco convencional.

En este sentido, Damian Sweeney, un miembro fundador de la New Nicotine Alliance Ireland, cuestionó el enfoque actual del plan contra el cáncer de la UE, sugiriendo que el objetivo debería ser un continente libre de humo, no solo de tabaco. Sweeney propuso que el énfasis debe estar en la reducción del uso de productos de combustión que son los responsables de generar humo contaminante.

El defensor del consumidor argumentó que restringir productos que pueden ayudar a los fumadores a dejar el cigarrillo no ayudará a reducir el riesgo de cáncer. Se necesita un enfoque basado en el perfil de riesgo para regular los productos de nicotina, asegurando que las alternativas menos dañinas sean accesibles.

Finalmente, Sweeney enfatizó la importancia de comprender las consecuencias negativas que pueden surgir de la prohibición de productos, como el auge del comercio ilegal y la reincidencia en hábitos más dañinos. Llamó a los reguladores a ser conscientes de las verdaderas necesidades de los fumadores a la hora de establecer políticas que apunten a un futuro de salud pública más sostenible.