
BRUSELAS, 14 de enero. La situación migratoria en la Unión Europea presenta un panorama complejo y desigual. Según los últimos datos de la Guardia Europea de Costas y Fronteras, Frontex, se ha registrado una notable disminución del 38% en el número de migrantes que han llegado de manera irregular a territorio europeo durante el pasado año, alcanzando poco más de 239.000 entradas en 2024. A pesar de esta disminución generalizada, se destaca un fenómeno que contrasta con las cifras globales: las islas Canarias han experimentado un aumento significativo en las llegadas, marcando la cifra más alta desde que Frontex comenzó a realizar registros en 2009, con cerca de 47.000 llegadas.
En el caso específico de las Islas Canarias, las estadísticas reflejan un incremento del 18% en la llegada de migrantes irregulares durante el pasado año. Este aumento en la ruta procedente de África occidental se atribuye, según Frontex, a un incremento en los embarques desde Mauritania, a pesar de que se ha observado una reducción en los flujos de otras partes de la región.
Las cifras relacionadas con las llegadas a la península a través del Mediterráneo occidental muestran que apenas se produjo un incremento del 1%, con un total de 17.026 entradas irregulares registradas en todo 2024. La mayoría de los migrantes que alcanzaron esta ruta son originarios de Argelia, Marruecos y Malí, lo que refleja la continua complejidad de los patrones migratorios.
Frontex informa que los 239.000 cruces irregulares del año anterior en el conjunto de la Unión Europea constituyen la cifra más baja desde 2021, cuando los flujos migratorios decrecieron drásticamente debido a las severas restricciones de movimiento impuestas por la pandemia de coronavirus. Este contexto nos recuerda que los desafíos migratorios son dinámicos y requieren de una atención permanente.
A pesar de que la presión migratoria no ha cesado, la agencia subraya que la reducción en los cruces irregulares hacia la Unión Europea ha sido en gran medida el resultado de un aumento en la cooperación con países terceros para combatir las redes de tráfico de personas. Este enfoque colaborativo es crucial para abordar no solamente la llegada de migrantes, sino también las condiciones que fomentan este fenómeno.
Las tendencias migratorias han cambiado significativamente en diversas rutas. En los Balcanes occidentales, el tránsito irregular de personas se ha desplomado un 78%, mientras que en la ruta del Mediterráneo central, la disminución fue del 58%, lo que se atribuye a una menor llegada de migrantes desde Túnez y Libia. Sin embargo, esta última ruta continúa siendo la segunda más concurrida, con un tráfico de 67.000 migrantes.
Por otro lado, se han observado aumentos preocupantes en otras áreas. Las llegadas por el Mediterráneo oriental aumentaron un 14%, alcanzando un total de 69.400 cruces irregulares, en su mayoría provenientes de Siria, Afganistán y Egipto, que han logrado acceder a través de corredores establecidos por el este de Libia. La crisis humanitaria en estas regiones sigue siendo una de las principales motivaciones para la migración, y la respuesta de Europa ante este fenómeno requiere una mayor sensibilidad y acción humanitaria.
Además, se ha triplicado el número de llegadas desde las fronteras de Ucrania y Bielorrusia, alcanzando las 17.000, principalmente de personas ucranianas, etíopes y somalíes. También ha aumentado un 9% el número de intentos de llegar al Reino Unido a través del Canal de la Mancha, lo que pone de manifiesto la constante búsqueda de seguridad y oportunidades por parte de muchos individuos y familias.
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