
SANTA CRUZ DE TENERIFE, 30 de enero. En una jornada marcada por la expectación y la controversia, Víctor de Aldama, un empresario envuelto en el escándalo conocido como el 'caso Koldo', se presentó ante la comisión del Parlamento de Canarias encargada de investigar la compra de material sanitario durante la pandemia, pero optó por no declarar. De Aldama se encuentra bajo la lupa por supuestos delitos que incluyen organización criminal, blanqueo de capitales, cohecho y tráfico de influencias.
Asistido por su abogada, De Aldama solo accedió a confirmar su relación con el expresidente canario y actual ministro de Política Territorial, Ángel Víctor Torres, al mencionar una fotografía que ambos compartieron en la sede socialista de Ferraz. Sin embargo, su presencia ante la Cámara se limitó a escuchar las preguntas planteadas por los representantes de los siete grupos parlamentarios, sin ofrecer respuestas sustantivas.
La empresa que se asocia con De Aldama, Soluciones de Gestión, tuvo un papel destacado durante la pandemia, facturando 12,3 millones de euros al Servicio Canario de Salud a partir de tres envíos de mascarillas. En varios medios y foros judiciales, el empresario ha denunciado que se le solicitó un soborno de 50.000 euros para facilitar la venta de mascarillas a Torres, una afirmación que el ministro ha desmentido rotundamente. Además, De Aldama ha insinuado la existencia de comisiones irregulares en la adjudicación de obras para transformar los antiguos cines Royal en la sede de la Agencia Tributaria Canaria en Las Palmas de Gran Canaria.
Las críticas hacia el silencio de De Aldama no se hicieron esperar. Nicasio Galván, portavoz de Vox, expresó su decepción por la falta de respuesta del empresario, subrayando que su testimonio podría contribuir a “levantar las alfombras” en Canarias. Un sentimiento similar fue compartido por Fernando Enseñat del Partido Popular, quien también lamentó que De Aldama mantuviera su “silencio” y sugirió que su testimonio podría arrojar “mucha luz” sobre las irregularidades denunciadas.
Desde el Grupo Nacionalista, José Alberto Díaz-Estébanez lamentó que De Aldama no quisiera declarar, pues su presencia despierta “expectativas” sobre la revelación de información crucial. “Su silencio es muy revelador”, manifestó, sugiriendo que detrás de esta decisión podría haber una calculada estrategia mediática y jurídica.
La respuesta de la presidenta del Grupo Socialista, Nira Fierro, no se hizo esperar. Fierro le reprochó a De Aldama que “habla en todos lados” menos en el Parlamento, donde se espera que hable con sinceridad, anotando que su silencio “le delata”. “No se atreve porque sabe que estaría delinquiendo”, lanzó, requiriendo al empresario que presentara las pruebas de sus serias acusaciones.
En una interacción tensa, Fierro aprovechó la ocasión para recordar la implicación de De Aldama en el fraude de hidrocarburos. Ante esta referencia, el empresario replicó de manera despectiva: “Vaya a lo que tiene que ir”, dejando entrever la creciente tensión en el ambiente de la comparecencia.
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