24h Canarias.

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La Palma renace como destino turístico tras cuatro años, pero aún espera aprovechar su potencial natural como en Timanfaya.

La Palma renace como destino turístico tras cuatro años, pero aún espera aprovechar su potencial natural como en Timanfaya.

La Palma, una joya del archipiélago canario, comienza a resurgir turísticamente, cuatro años después de la devastadora erupción del volcán Tajogaite que transformó por completo el Valle de Aridane. El evento, que se prolongó durante 85 días, dejó tras de sí un paisaje de pérdida y desolación, con alrededor de 1.200 hectáreas arrasadas y miles de personas evacuadas, pero la isla empieza a ver destellos de recuperación.

Pese a la sombra de la pandemia de COVID-19 y las constantes interrupciones en los vuelos provocadas por la ceniza volcánica, se observan signos esperanzadores en el sector turístico. El hotel Meliá de Puerto Naos ya opera a plena capacidad y, en los últimos tres años, las cifras indican un crecimiento notable: un incremento del 39,4% en las pernoctaciones y un aumento del 23,7% en el número de visitantes hasta finales de julio.

Sin embargo, el optimismo se ve empañado por la percepción de que la isla aún no ha logrado un cambio significativo en su propuesta turística. Carlos García, vicepresidente de Ashotel, señala que, a pesar de estos avances, aún no se han capitalizado las oportunidades que presenta el Tajogaite como atractivo turístico. “Es un paisaje impresionante, pero carecemos de un enfoque estratégico que lo potencie correctamente”, añade.

En consonancia con esta opinión, García plantea la necesidad de un plan que siga el modelo exitoso de Lanzarote, que ha logrado atraer a grandes multitudes a sus paisajes volcánicos. “Hasta ahora, avanzamos lentamente y se requieren medidas más audaces; necesitamos convertir el Tajogaite en un verdadero imán turístico”, sostiene. Este llamado a la acción se encuentra respaldado por Óscar León, presidente del Centro de Iniciativas y Turismo, quien reconoce los desafíos persistentes en la gestión de la imagen de la isla, influenciada por problemas sociales aun no resueltos.

A pesar de que la excursión al Tajogaite sigue siendo la más solicitada entre los visitantes, los encargados del sector turístico han notado una disminución en el interés una vez pasado el entusiasmo inicial. La consejera de Turismo del Cabildo, Raquel Rebollo, es más optimista, y sugiere que con el tiempo se desarrollará el potencial del volcán. “Es un lugar que deja sin palabras a quienes lo visitan, pero aún hay mucho trabajo por hacer en cuanto a infraestructura y servicios para maximizar la experiencia”, asegura.

La conectividad aérea emerge como un factor crítico para la revitalización del turismo en la isla. Actualmente, La Palma cuenta con más de 16.000 camas disponibles, sin embargo, para ser verdaderamente competitiva y rentable, necesita aumentar su capacidad hotelera. A esto se une la promesa de un incremento en la oferta de vuelos internacionales para la próxima campaña de invierno, lo que podría facilitar el crecimiento del sector.

Aún así, García critica el monopolio de Iberia en el tráfico aéreo nacional y los altos precios de los pasajes como obstáculos para atraer más turismo. A su juicio, iniciativas como el ecoresort La Pavona, que podría atraer a turoperadores, avanzan demasiado despacio. Coincidiendo con esta opinión, desde el CIT enfatizan la necesidad urgente de diversificar la oferta turística de La Palma, especialmente en áreas como el turismo de golf o wellness, que pueden dinamizar la economía local.

Finalmente, la consejera Rebollo se aferra a los indicadores positivos de satisfacción de los turistas que visitan la isla, destacando que La Palma ofrece una experiencia económica y rica en naturaleza, gastronomía y hospitalidad. “Cuando los visitantes conocen La Palma, su grado de satisfacción es muy alto y suelen recomendarnos”, concluye, reiterando la importancia de seguir trabajando en un futuro brillante para el turismo palmero.