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Brote de sarampión en La Palma: dos niños y un profesional de salud contagiados.

Brote de sarampión en La Palma: dos niños y un profesional de salud contagiados.

Las Palmas de Gran Canaria, 20 de octubre. La Dirección General de Salud Pública del Servicio Canario de la Salud (SCS) ha informado al Ministerio de Sanidad sobre un brote de sarampión en La Palma, donde se han confirmado tres casos hasta la fecha.

De estos casos, uno corresponde a un menor de menos de un año, otro a un profesional de la salud y el último a otro niño en la misma franja de edad con quien compartió un espacio cerrado. Además, un familiar del segundo menor está siendo monitorizado como caso probable y se espera la realización de pruebas para confirmarlo, de acuerdo con la comunicación emitida por la Consejería de Sanidad del gobierno regional.

Este no es un hecho aislado; recientemente se notificó otro caso de sarampión en Tenerife que se está investigando como posible vínculo con el brote en La Palma. Las autoridades sanitarias sostienen que desde que identificaron la sospecha de estos casos, han mantenido una coordinación activa con los servicios de salud de La Palma, implementando protocolos de seguimiento y control para evitar la propagación de la enfermedad.

Las acciones de control incluyen la vigilancia activa de las personas que han estado en contacto con los casos confirmados. En 2024, Canarias registró siete casos de sarampión, de los cuales cinco eran importados o estaban relacionados con otros casos del exterior y dos eran de origen desconocido. Hasta ahora, en 2025 se han detectado dos casos más, igualmente uno importado y otro sin determinar su procedencia.

Notablemente, también se han presentado dos casos vacunales como efectos secundarios tras la administración de la vacuna, aunque ambos se desarrollaron con síntomas leves y sin complicaciones serias para los infantes afectados.

La Dirección General de Salud Pública enfatiza la relevancia de recibir las dos dosis de la vacuna contra el sarampión, tal como está estipulado en el calendario de vacunación, para asegurar la inmunización individual y prevenir la transmisión a aquellas personas que no pueden recibir la vacuna por diversas razones.

La vacuna es, según las autoridades, el método más efectivo y seguro para protegerse contra el sarampión. La primera dosis se administra al cumplir un año, mientras que la segunda se aplica entre los tres y cuatro años de edad. Alrededor del 95% de la población infantil de Canarias está correctamente inmunizada a su primer año de vida.

Además, se recomienda a adolescentes, jóvenes y adultos nacidos después de 1978 que no hayan tenido la enfermedad y no cuenten con un registro de haber recibido ambas dosis de la vacuna triple vírica que acudan a su centro de salud para ser vacunados.

La lucha contra el sarampión en España comenzó en 1975, incorporándose al calendario de vacunación infantil y, desde 1981, en la vacuna triple vírica. La inclusión de una segunda dosis en 1996 propició un aumento significativo en las tasas de vacunación y la consiguiente eliminación de epidemias, lo que llevó a que, a partir del año 2000, la enfermedad se considerara infrecuente, afectando principalmente a aquellos adultos y niños menores de un año que no habían recibido la vacuna.

A pesar de que en 2017 la Organización Mundial de la Salud declaró a España libre de transmisión endémica de sarampión, en los últimos tiempos se han reportado 142 casos en varias comunidades autónomas, todos vinculados a importaciones, y actualmente se investigan ocho brotes activos.

El sarampión, que se presenta inicialmente con síntomas como fiebre, tos y manchas en la mucosa bucal, puede ser benigno en muchos casos, pero también puede desencadenar complicaciones serias, como neumonía o encefalitis, especialmente en niños. Su alta contagiosidad y transmisión por el aire lo convierten en una amenaza constante para la salud pública.

Los expertos advierten sobre un aumento en la incidencia del sarampión a nivel global, en países donde antes había sido erradicado, como resultado de la disminución de la confianza pública en las vacunas. Una baja en las tasas de vacunación puede permitir que el sarampión resurja, como ocurrió en Texas, donde se reportó el fallecimiento de un niño no vacunado debido a esta enfermedad prevenible.

Por último, la Dirección General de Salud Pública insta a todos los padres a verificar el estado de vacunación de sus hijos de cuatro años para asegurar que han recibido ambas dosis de la vacuna contra el sarampión. Asimismo, alienta a aquellos nacidos después de 1978 que no cuenten con un historial de vacunación o no hayan contraído la enfermedad a que se acerquen a su centro de salud. El personal sanitario, por estar en mayor riesgo de exposición, también debe garantizar su correcta inmunización para proteger tanto su salud como la de sus pacientes.