En un grave incidente que ha sacudido a la comunidad de Vecindario, en Gran Canaria, la Guardia Civil llevó a cabo la detención de un hombre el pasado 26 de agosto, tras ser denunciado por agresión sexual por una inquilina que vivía con él. La víctima, quien compartía el hogar con el acusado, se percató de que estaba siendo grabada sin su consentimiento, lo que la motivó a buscar protección legal.

Según la información proporcionada por la Benemérita, la víctima se mudó al domicilio del presunto agresor el 12 de abril de este año, estableciendo un acuerdo de arrendamiento mensual de 400 euros, pero sin formalizar ningún contrato. Durante su estancia, la mujer relató haber sido objeto de múltiples agresiones sexuales en diversas áreas de la vivienda.

De acuerdo con el testimonio de la afectada, cada vez que se produjeron estas agresiones, ella expresó su rechazo y solicitó al hombre que cesara sus acciones, pero sus súplicas fueron ignoradas. La situación se tornó aún más alarmante cuando, según su denuncia, el propietario no solo la acosaba regularmente, sino que también la amenazaba de muerte en múltiples ocasiones, creando un ambiente de terror que la llevó a decidir abandonar el lugar y acudir a las autoridades.

Adicionalmente, la mujer declaró que, al prepararse para mudarse, notó la presencia de una cámara en el pasillo que apuntaba hacia la puerta. Al cuestionar al casero sobre su función, él le aseguró que estaba desactivada con el fin de proteger su privacidad, lo que posteriormente se reveló como un engaño.

Las actuaciones realizadas por la Guardia Civil, junto con el detenido, han sido entregadas al Juzgado de guardia en San Bartolomé de Tirajana, donde el caso se encuentra bajo investigación. Este incidente pone de relieve la urgente necesidad de crear un entorno más seguro y de confianza para las mujeres que, como la víctima, se ven obligadas a confrontar situaciones de violencia en su vida cotidiana.