
En un clamor por mejoras que han tardado demasiado en concretarse, los Bomberos de Las Palmas de Gran Canaria han alzado su voz para exigir una inversión que no solo contemple recursos materiales y humanos, sino que también priorice la eficacia y una mejor organización en el servicio.
El pasado lunes, durante una manifestación en el parque de bomberos de Miller Bajo, Raúl Esclarín, cabo del Servicio de Extinción y Salvamento y representante del sindicato UGT, comunicó a los medios la crítica situación que enfrentan los bomberos de la capital grancanaria. La falta de recursos adecuados ha desencadenado la advertencia de un posible conflicto colectivo si el Ayuntamiento no responde a estas demandas.
Esclarín subrayó que, a lo largo de los años, han estado solicitando insistentemente mejoras en los equipos, en el número de efectivos y, más importante aún, en el respeto a los derechos de los trabajadores. Señaló particularmente los problemas estructurales que enfrentan, mencionando que los camiones del servicio tienen ya 22 años de antigüedad, mientras que la media de edad de los bomberos alcanza los 52 años, lo que resulta preocupante en un trabajo que exige un alto nivel físico.
"No basta con inyectar dinero; necesitamos que la administración realice una inversión efectiva que mejore la organización y la eficacia del servicio”, remarcó Esclarín. Explicó que existen problemas organizativos que pueden ser resueltos rápidamente, sin que ello implique un costo para la ciudadanía. Por ejemplo, el retraso en los procesos selectivos y en la licitación de nuevos camiones son situaciones que la administración puede abordar con una mejor gestión.
El delegado sindical criticó la falta de diversidad en la toma de decisiones dentro de la Jefatura de Bomberos, donde enfatizó que un reducido grupo de personas monopoliza las formaciones y la adquisición de materiales, dejando a la mayoría de los trabajadores en un segundo plano. "Estamos aquí representando a todos los que no tienen voz", expresó Esclarín.
Recientemente, el cuerpo de bomberos llevó a cabo una asamblea donde se definieron diversas acciones, siendo la más inmediata el envío de una carta a la alcaldesa, Carolina Darias, y a la Jefatura de Bomberos para hacerles conocer la situación real que viven a diario.
A pesar de intentar establecer un canal directo de comunicación con la administración, la última reunión programada con el concejal del área fue suspendida a última hora, lo que ha desencadenado un creciente descontento entre los bomberos. "Este cansancio acumulado nos ha llevado a decidir que estamos listos para iniciar un conflicto colectivo si es necesario", afirmó Esclarín.
Mientras los bomberos esperan cambios significativos en su situación, Esclarín advirtió que si la administración no toma medidas pertinentes, se verán forzados a intensificar sus acciones de protesta, aunque aún no han decidido cuáles serán estas medidas.
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