SANTA CRUZ DE TENERIFE, 6 de julio - Este martes, la Audiencia Provincial de Santa Cruz de Tenerife dará inicio a un juicio que sacude la conciencia colectiva: un hombre enfrenta serias acusaciones de haber agredido sexualmente a sus tres sobrinos, todos menores de edad. Además, se le imputa la creación y distribución de contenido pornográfico en relación a estos delitos. La Fiscalía exige una severa condena de 44 años y medio de prisión.

De acuerdo con la acusación formal, el imputado, quien residía con sus padres en una casa de dos plantas, supo abusar de la situación y de su autoridad, llevando a cabo sus actos delictivos cuando los niños se quedaban a dormir con sus abuelos o pasaban tiempo bajo su tutela. La proximidad física y la confianza familiar se convirtieron en herramientas de manipulación y abuso.

Según la Fiscalía, el acusado trató de normalizar su conducta aberrante mostrando a uno de sus sobrinos vídeos de otros menores en situaciones sexuales similares a las que él mismo había forzado, en un intento de distorsionar su percepción de la realidad. Este mecanismo de control emocional fue acompañado de amenazas graves, asegurándole al menor que si hablaba de lo sucedido, causaría un daño irreparable a su entorno familiar.

Además de usar tácticas de coacción, el acusado grabó sus agresiones y tomó fotografías de los niños desnudos, almacenando este material en su ordenador para su posterior visualización. Un sobrino que había pasado la noche en su casa, junto a un amigo, también fue víctima de manipulaciones, siendo inducido a un encuentro sexual bajo la amenaza de visualización de imágenes similares.

Las secuelas físicas y psicológicas de estas agresiones son devastadoras. Uno de los menores presenta síntomas de estrés postraumático que han afectado gravemente su vida familiar, académica y emocional, con la necesidad de terapia psicológica y la repetición de curso escolar. Otro sobrino ha visto agravarse su estado emocional, mientras que el tercero lidia con problemas de ansiedad y una notable disminución de su autoestima.

El detenido, ahora en prisión provisional y sin posibilidad de fianza, fue encontrado en posesión de un inquietante contenido digital: un vídeo que documenta la agresión a uno de sus sobrinos, además de otras 13 grabaciones donde se visualizan abusos a niños por parte de adultos no identificados, incluyendo a un bebé. Sin embargo, permanece la incógnita de si este material fue compartido con otras personas o si fue creado por él mismo, ya que borró información crucial al enterarse de que una denuncia iba a ser presentada.

La Fiscalía ha calificado los actos delictivos como tres delitos de abuso sexual contra menores de 16 años, un delito de corrupción de menores, así como varios cargos de exhibicionismo y posesión de material pedófilo. Como consecuencia, además de la larga pena de prisión solicitada, se plantea su inhabilitación y una prohibición de acercamiento a las víctimas, así como una indemnización de 50.000 euros por daños morales sufridos por los menores. Este caso pone de relieve la urgencia de abordar y prevenir el abuso sexual y la violencia doméstica en nuestra sociedad.