En la noche del miércoles se produjo un vertido de fueloil en el Puerto de la Luz y Las Palmas, afectando algunas zonas del litoral de Las Palmas de Gran Canaria y Telde, sin llegar a sobrepasar este último municipio. Se estima que el viernes comenzarán los trabajos de limpieza en las áreas afectadas.

El viceconsejero de Cohesión Territorial y Aguas del Gobierno de Canarias, Marcos Lorenzo, confirmó este jueves la localización del vertido entre la Playa de Bocabarranco y el Barranco Real de Telde, sin restos cercanos a la desaladora de la capital grancanaria.

En un vuelo de reconocimiento posterior no se detectó la presencia de manchas en alta mar. Se ha garantizado la disponibilidad de agua de la desaladora de Jinámar, con un monitoreo especial para evitar daños, según Lorenzo.

El director general de Emergencias, Fernando Figuereo, anticipó labores de reconocimiento en las zonas afectadas por el vertido, seguimiento con drones en el mar y trabajos de limpieza en curso. La jefa de Protección Civil, Montse Román, destacó la rápida respuesta coordinada de las autoridades.

El derrame de fueloil ocurrió durante una operación de trasvase entre una gabarra y un buque en el Muelle Virgen del Pino del Puerto de La Luz. Se activaron planes de emergencia a nivel local y autonómico para contener y limpiar la zona afectada.

El gobierno incrementó la alerta luego de que el vertido alcanzara la costa de Las Palmas y Telde. Se ha notificado a otros municipios posibles impactos en las playas, movilizando más de 50 efectivos para controlar la situación con drones, helicópteros y embarcaciones.

Además de las labores de limpieza, se han activado equipos especializados en desastres y emergencias del Consejo Superior de Investigaciones Científicas. Se ha reforzado el material de control del vertido y se proveerá a los efectivos de equipamiento de protección y herramientas necesarias.

La protección de la costa ante posibles daños es prioritaria, con medidas para almacenar residuos y delimitar áreas afectadas. La respuesta rápida y coordinada de las autoridades refleja un esfuerzo conjunto para mitigar los efectos del vertido en el entorno marino.