En un emocionante congreso que tuvo lugar el pasado sábado en Las Palmas de Gran Canaria, el presidente de Nueva Canarias-Bloque Canarista (NC-BC), Román Rodríguez, y su secretario de organización, Carmelo Ramírez, presentaron su informe de gestión, marcando el cierre de su etapa de liderazgo en la formación. Este informe fue aprobado por unanimidad ante 300 delegados y delegadas, reflejando dos décadas de un nacionalismo de izquierda comprometido con la justicia social y el progreso en las Islas Canarias.

Durante su discurso, Rodríguez subrayó la urgencia de una renovación generacional y territorial dentro de la organización, en un contexto donde la extrema derecha ameaça los valores democráticos. Hizo hincapié en la importancia de establecer confluencias progresistas para enfrentar la crisis actual del bipartidismo, un reto que NC-BC está decidido a asumir con responsabilidad y compromiso.

El congreso también sirvió para elegir una nueva Mesa directiva, con Leticia López en la presidencia y Gustavo Rodríguez y Belén Machín como vicepresidentes. Víctor Rodríguez asumirá el cargo de secretario y Lucía González será vocal, conformando un equipo diverso y paritario que guiará la formación hacia nuevos horizontes.

Román Rodríguez recordó que la fundación de Nueva Canarias en 2005 fue una respuesta a la "deriva conservadora" de Coalición Canaria, apoyándose en las bases de organizaciones históricas como la Unión del Pueblo Canario. A lo largo de estos 20 años, NC-BC ha cultivado un espacio político que promueve el ecologismo, el autogobierno y el bienestar social.

En su balance de la trayectoria institucional, destacó la influencia del partido en el Parlamento, donde se impulsaron iniciativas clave, como una fiscalidad progresiva, la primera propuesta de tasa turística y reformas en el sistema electoral, resaltando la aprobación de la Ley Canaria de Educación como uno de sus mayores logros.

Rodríguez mencionó con orgullo que, tras las elecciones de 2023, NC-BC fue la única fuerza progresista en mantener su representación en el Parlamento canario, además de consolidar alianzas en diversas alcaldías y revalidar la presidencia del Cabildo de Gran Canaria en colaboración con el PSOE.

En su intervención, el presidente también reconoció el papel crucial del partido en el pacto progresista del Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria, señalando que estuvieron a solo 4.000 votos de conseguir un escaño en la circunscripción para el Congreso de los Diputados.

Rodríguez no eludió mencionar los desafíos enfrentados recientemente, incluyendo la pérdida temporal del registro de partidos y las tensiones internas provocadas por un grupo que buscó desvirtuar el proyecto original hacia posiciones más populistas. Afirmó que estos intentos, que se alejaron de los cauces democráticos, han llevado a la deserción de algunos cargos institucionales.

La dirección saliente reafirma su identidad como izquierda nacionalista en contraste con aquellos que intentan diluir sus principios en un acercamiento a Coalición Canaria, buscando bifurcar su ideología. Rodríguez enfatizó que NC-BC se opone claramente a las posturas del CC, especialmente en áreas como la eliminación de impuestos a la riqueza, la defensa del medio ambiente y la necesidad de inversión pública en vivienda y educación.

Finalmente, defendió la urgencia de cumplir con el 5% del PIB en educación y se mostró firme en su repudio al uso del gas como una energía de transición. Reiteró su rechazo a cualquier acuerdo con la ultraderecha, en un momento donde se evidencia la colaboración de Coalición Canaria con Vox en varios municipios, destacando la necesidad de mantener una postura coherente y ética en la política canaria.