El Cabildo de Tenerife extiende la declaración de emergencia por falta de agua hasta finales de febrero.
En una decisión crucial ante la preocupante situación hídrica que enfrenta la isla, el Cabildo de Tenerife ha programado para este miércoles la cuarta reunión de la ‘Mesa de la Sequía’, donde se abordará la prórroga de la declaración de emergencia hídrica hasta el 28 de febrero del próximo año. Este acuerdo busca asegurar la realización de obras de carácter urgente que salvaguarden el suministro de agua, especialmente relevante para el sector primario agrícola.
Rosa Dávila, presidenta del Cabildo, compartió esta información en una reciente rueda de prensa, donde también anunció un aporte adicional de 3 millones de euros para potenciar el plan de infraestructuras dedicadas al agua. Con este incremento, la inversión total destinada a mejorar la infraestructura hidráulica alcanzará la cifra de 13,5 millones de euros, evidenciando el compromiso de las autoridades por atender esta crisis.
Los nuevos recursos económicos se destinarán principalmente a la construcción y mejora de seis infraestructuras de depuración que se ubican en las comarcas del Este, Oeste y Sur de la isla. Este esfuerzo forma parte de un plan más amplio orientado a incrementar la capacidad de gestión del agua, un bien vital para la Agricultura y el desarrollo sostenible de la región.
Dávila enfatizó el deseo de aumentar la “eficacia” de las medidas adoptadas en los próximos meses, señalando que, de las 75 estrategias establecidas en la emergencia hídrica, la mayoría ya están en marcha. Sin embargo, se ha decidido no implementar restricciones hasta ahora, lo que sugiere la intensidad de los esfuerzos para mitigar los efectos de la sequía sin llegar a esa medida drástica.
A pesar de los avances, la presidenta no ocultó la gravedad de la situación, al mencionar que “la crisis hídrica sigue siendo crítica” debido a las escasas lluvias que han caído en la isla. Esta insuficiencia hídra hace urgente la ampliación de la declaración de emergencia, con el objetivo primordial de garantizar un flujo adecuado de agua para satisfacer las necesidades de los agricultores.
“No podemos quedarnos esperando que llegue la lluvia, y el caudal existente es todavía muy complicado; no se prevé que mejore en el corto plazo. Lo que busca el decreto es asegurar el suministro de agua necesario para el campo”, subrayó Dávila, dejando claro que la situación requiere acción inmediata para salvaguardar los intereses de quienes dependen del agua para sus actividades productivas.
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