El impacto del cambio climático en el turismo en España está comenzando a transformar las dinámicas tradicionales, según un artículo publicado por el Banco de España este miércoles. Se observa un aumento de turistas internacionales visitando el norte de España durante los meses de verano, debido a temperaturas más moderadas, y un crecimiento más rápido de las llegadas en invierno.

Este cambio estaría ayudando a reducir la concentración de turistas en las zonas turísticas más populares durante el verano, aumentando la ocupación en otoño e invierno. España se beneficia también de su buena seguridad en comparación con destinos en el Mediterráneo oriental, afectados por inestabilidades geopolíticas.

Los datos muestran un aumento significativo en la llegada de turistas extranjeros en los meses de octubre, noviembre y diciembre de 2023 en comparación con el mismo período en el periodo pre-pandémico (2016-2019). Además, el primer trimestre de 2024 registró un aumento del 22% en las llegadas internacionales en comparación con años anteriores.

Antes de la pandemia, el turismo internacional en España estaba altamente concentrado en los meses de verano y en regiones específicas como Canarias, Baleares, Cataluña y Andalucía. Sin embargo, esta tendencia ha cambiado con un aumento en la llegada de turistas internacionales durante el invierno, especialmente en el norte de España.

El perfil de los turistas también ha cambiado, con un aumento notable en la llegada de turistas americanos, específicamente de Estados Unidos. Por otro lado, países como Reino Unido y Alemania han experimentado descensos en sus envíos de turistas a España.

Además, se observa un incremento en la demanda de hoteles de alto nivel (cuatro y cinco estrellas) lo que se traduce en un mayor gasto promedio por turista. Estos establecimientos también han aumentado sus plazas disponibles en comparación con otros tipos de alojamiento.

El artículo destaca que el futuro del turismo en España aún es incierto y está sujeto a factores como el turismo de negocios, la recuperación de países emisores y las condiciones económicas globales. El país también se enfrenta a desafíos como la transición energética y el calentamiento global, que lo hacen particularmente vulnerable en este sentido.